Soneto a las margaritas.
Florecitas simples y sencillitas
su centro de sol, pétalos estancos
hierbas de serenos halos, tan blancos
crecen por caminos sus orillitas.
Adornan hogares en los floreros
iglesias, capillas con su frescura
alegran a novias con su ternura
aclaran las dudas en desafueros.
Al deshojar la neutral florecita
un “si”, tal vez “no”, ella responderá
a la dubitativa cabecita.
La respuesta dada por la sabia flor
de sus muchos pétalos dependerá
dejando tristeza o mucho amor.
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