Ramón Palomares. Poeta
Ramón Palomares es uno de los más prolijos poetas
venezolanos de la segunda mitad del siglo XX. La impronta de nuestra lengua
vernácula se engalanó en cientos de poemas cargados de bellas escenas del campo
andino así como la añoranza del terruño, la historia de importantes ciudades de
Venezuela también fueron motivo de sus creaciones. Su poema “El ahogado” fue
editado en 1964 por Editorial Arte, acompañado de una serie de fotomontajes del
artista plástico Mateo Manaure. Entre los reconocimientos que
el poeta Ramón Palomares recibió se cuenta el Premio Nacional de
Literatura en 1977 por su libro “Adiós Escuque”, el Premio Internacional de
Poesía Víctor Valera Mora en 2006 por su “Antología poética” y en 2010 el
Premio Fray Luis de León de Poesía Iberoamericana en Salamanca, junto a los
venezolanos Guillermo Morón y Enrique Viloria Vera.
Ramón Davis Sánchez Palomares nació el 7 de mayo de 1935 en
Escuque, estado Trujillo. Se graduó como maestro normalista en la Escuela
Normal Federal San Cristóbal, en 1952; y como Profesor de Castellano y Literatura
en el Instituto Pedagógico de Caracas, en 1958. Ese mismo año publicó “El Reino”, su primer libro de poemas
que fue considerado como un “fabuloso hecho poético, con el apoyo de la
editorial del Grupo Sardio, movimiento intelectual del cual formaba parte,
junto a Salvador Garmendia, Guillermo Sucre, el también escritor trujillano
Adriano González León. En 1963 formó parte del movimiento artístico
(contestatario) “El Techo de la Ballena” y fue el editor de su revista “Rayado
sobre el Techo”.
El joven poeta Ramón Palomares se radicó en
Mérida donde estudió Letras en la Universidad de Los Andes, institución en la
que ejercería como docente por varias décadas hasta jubilarse como profesor
titular. En 1964 publicó su poemario “Paisano”, que le hizo merecedor del
Premio Municipal de Poesía de Caracas, en 1965. Ese mismo año se editó “Honras
fúnebres”, y en 1966 la editorial internacional Seix Barral lo incluyó –junto a
los venezolanos Rafael Cadenas, Juan Sánchez Peláez, Francisco Pérez Perdono y
el poeta, dibujante y crítico de arte Juan Calzadilla– en la antología de la
poesía viva latinoamericana. Al año siguiente publicó el poema Santiago de León
de Caracas, en que recrea momentos fundamentales de la historia de la capital
de Venezuela, motivo de la conmemoración de su 400 aniversario de la ciudad de
Caracas.
En 1991 fue homenajeado por su trayectoria en las
letras por el comité organizador de la Primera Bienal de Literatura Mariano
Picón Salas. En 1997 la VI Semana de la Poesía de la Fundación Juan Antonio Pérez
Bonalde hizo lo propio y como parte del homenaje los artistas visuales: Gloria
Fiallo, Ernesto León y Gisela Romero, presentaron dibujos basados en algunos
poemas de sus poemas. El 14 de junio de 2001 recibió el Doctorado Honoris Causa
de la Universidad de Los Andes, junto a los poetas Rafael Cadenas y Juan
Sánchez Peláez. En 2003 se celebró en la ciudad de Trujillo la Bienal
de Literatura Ramón Palomares, que ya cuenta con siete ediciones
consecutivas.
En el 2006 publica su último libro “Vuelta a
casa”, bajo el sello de la Biblioteca Ayacucho; obra que se suma a sus
conocidos volúmenes: Vientecito suave del amanecer con los primeros aromas
(1969); Poesía: 1958-1965 (1973); Adiós a Escuque (1974); Poesía (Monte Ávila
Editores, 1977); Elegía 1830 (1980); Alegres provincias: homenaje a Humboldt
(Fundarte, 1988); Trilogía (Madrid, 1990), Ramón Palomares. Antología Poética
(Monte Ávila Editores, 2004); El canto del pájaro en la Piedra (2004); El reino
de Escuque (Fondo Editorial Casa de las Américas, 2005).
El poeta Ramón Palomares
cuya obra estaba cargada del sentir del campesino y el anhelo de los paisajes
andinos, murió en Mérida el 4
de marzo de 2016. El Presidente de la República le confirió postmorten la
Orden Libertadores de Venezuela.
Tres
poemas de Ramón Palomares.
Elegía a la muerte de mi padre
Esto dijéronme:Tu padre ha muerto, más nunca habrás de verlo.
Ábrele los ojos por última vez
Y huélelo y tócalo por última vez.
Con la terrible mano tuya recórrelo
Y huélelo como siguiendo el rastro de su muerte
Y entreábrele los ojos por si pudieras
Mirar adonde ahora se encuentra.
Ya los gavilanes han dejado su garra en la cumbre
Y en el aire dejaron pedazos de sus alas,
Con una sombra triste y dura se perdieron
Como amenazando la noche con sus picos rojos.
Las potentes mandíbulas del jaguar se han abandonado
A la noche se han abandonado como corderos
O como mansos puercos pintados de arroyos;
Vélos abrirse paso en el fondo del bosque
Junto a los ríos que buscan su lecho subterráneo.
Y de esos mirtos y de esas rosas blancas
Toma el perfume entre las manos y échalo lejos,
Lejos, donde haya un hacha y un árbol derribado.
Ya entró la terrible oscuridad
Y con sus inexorables potencias cubre las bahías
Y hunde las aldeas en su vientre peludo.
Toma ahora el jarro de dulce leche
Y tíralo al viento para que al regarse
Salpique de estrellas la tiniebla.
Pero aquel cuerpo que como una piedra descansa
Húndelo en la tierra y cúbrelo
Y profundízalo hasta hacerlo de fuego
Y que el vapor se hunda con sus exánimes miembros
Y que su fuerza descoyuntada desaparezca
Como en el mes de mayo desaparecen algunas aves
Que se van, errantes, y nadie las distinguirá jamás.
La joven vestida de primavera,
La habitante en colinas más verdes,
La del jardín más bello de la comarca,
La del amante de las lluvias;
La joven vestida de primavera se ha marchado,
Inconstante, como los aires, como las palomas,
Como el fuego triste que ilumina las noches.
Así pues:
Que tus manos no muevan más esos cabellos,
Que tus ojos no escudriñen más esos ojos,
Pues se cansa el caminante que en la cumbre se detuvo
Y que el camino no pudo determinar su fin.
Pon sobre los lechos tela limpia,
Arrójate como el vencido por el sueño
Y como si fueras sobre los campos, sobre los mares,
Sobre los cielos, y más, y más aún:
Duérmete, como se duerme todo,
Pues el limpio sueño nos levanta las manos y nos independiza
De esta intemperie, de esta soledad,
De esta enorme superficie sin salida.
Dijéronme:
Tu padre ha muerto, más nunca habrás de verlo.
Abréle por última vez los ojos
Y huélelo y tócalo por última vez:
Como se toca la flor para la amada, así tócalo;
Como se miran los extraños mundos de un crepúsculo, así míralo;
Como se huelan las casas que habitamos un tiempo, así huélelo.
Ya los zamuros se retiraron a las viejas montañas
Y también los lobos, las serpientes,
Y no saldrán hacia los claros bellos de la luna
Y no escucharán el canto de las estrellas silvestres
Y no detendrán el suave viento que mueve las hojas.
Voltearon y se fueron y ya no quieren más las claridades,
Las claridades que bailan serenamente en las copas.
Ya las flores nacidas anoche,
Como el lirio, como la amapola, como la orquídea blanca;
Las flores nacidas anoche han desaparecido
Y sólo cuelgan con olores tristes de los gajos.
No mires más a los arroyos que se llevaron las aguas,
Las de ayer, las de hoy, las de ahora mismo,
Y por la lejanía no dejes vagar tu mirada
Acuciada por el dolor de los pájaros presos,
Por el dolor de quienes dejaron partir a la amada,
Por el dolor de quien no puede marchar más nunca a su país.
Hace poco tiempo han pasado ante tus ojos
Sobre la tarde gris, por el cielo inhóspito,
Ciertas aves migratorias llenas de tristeza.
***
Más allá de nosotros
Conversaciones que veníanHoscas
Buscándonos
Gentes del sueño y Gentes del Viento
Árboles ventosos y golpes en el corazón
Y al cabo estábamos volando
conversando
Árboles ya y gentes del sueño y vientos
(con el alma errada y un errante árbol
Furiosos, Incorpóreos,
dando vueltas en torno a la vida
y desentrañándonos
desentrañándonos
Más allá de nosotros.
***
Pajarito que venís tan cansado
Pajarito que venís tan cansadoy que te arrecostás en la piedra de beber
Decíme. ¿No sos Polimnia?
Toda la tarde estuvo mirándome desde No sé dónde
Toda la tarde
Y ahora que te veo caigo en cuenta
Venís a consolarme
Vos que siempre estuviste para consolar
Te figurás ahora un pájaro
Ah pájaro esponjadito
Mansamente en la piedra y por la yerbita te acercás
‘Yo soy Polimnia’
– Y con razón que una luz de resucitados ha caído aquí mismo
Polimnia riéndote
Polimnia echándome la bendición
Fuentes:
iVenezuela.travel
Fecha:
30-04-2018.
Digopalabretxt.com
Fecha:
1-5-2018
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