Nació
en París, el 5 de octubre de 1889 y falleció en Madrid el 23
de abril de 1936. Hija de Rafael Parra, cónsul de Venezuela en Berlín y de
Isabel Sanojo Ezpelozín. Estudió en el colegio de religiosas El Sagrado Corazón
de Godella Valencia (España) desde 1902 a 1908. Allí comienza a expresar su
inquietud por la poesía. Las obras literarias de Teresa de la Parra son
altamente influenciados por Romain
Rolland, Gustave Flaubert, Marie-Henri
Beyle (Stendhal), Guy de
Maupassant, y autores contemporáneos Pierre Loti,
Maurice Maeterlinck, Alphonse
Daudet, Anatole France, y las mujeres francesas
escritoras, Gyp, Marcelle Tynaire, Sidonie-Gabrielle Colette y Ana de Noailles (Mueller,
2012, p. 5). A la edad de 19, el poema que escribió para celebrar «el día de la
beatificación de la Venerable Madre Magdalena Sofía Barat» le ha llevado a
ganar el primer premio y se puede encontrar «en el Boletín del Sagrado Corazón»
(Mueller, 2012, p. 4)
En
1910, los Parra Sanojo están de vuelta en Caracas. Viven en una casa de estilo
colonial, situada entre las esquinas de Torre y Veroes. En las tertulias
que allí se organizan, y en frecuentes reuniones que se dan en los cafés o
"botellerías" de la Caracas de principios del siglo XX, la joven
escritora toma apuntes sobre los modismos del español
caraqueño, de sus maneras, de sus variantes. Tiene una gran fascinación por el
habla coloquial, pero, a diferencia de lo que estila el costumbrismo,
reproducirla no será el fin de su obra, se trata sólo de un recurso para contar
historias. En 1915 escribió sus primeros cuentos, aparecidos en El Universal de
Caracas con seudónimo de Frufrú y en
1923 publica una crónica de viaje en la revista Actualidades dirigida por
Rómulo Gallegos, y en la revista La
Lectura Semanal dirigida por José Rafael Pocaterra.
También en 1923, recibió el
Premio Extraordinario en el Concurso “El cuento Nacional” del diario El
Luchador de Ciudad Bolívar, con el cuento “La Mamá X”, refundido en Ifigenia. A
partir de este año, Parra forma lo que se constituyó en una brillante carrera
como escritora, pues en 1924 publicó bajo el seudónimo de Teresa de la Parra,
su primera y más famosa novela Ifigenia, con la que participó en un
concurso literario en París, auspiciado por el Instituto Hispanoamericano de la
Cultura Francesa, obteniendo el primer premio.3
Un poco después, Ifigenia fue traducido al francés por Francisco de
Miomandre, un conocido escritor y mediador entre Francia y América española.4
Su fama creció hasta convertirse en una de las escritoras más destacadas de Latinoamérica
y colocarse al lado de Gabriela Mistral, con quien mantuvo una
estrecha amistad. En 1927, fue invitada a Cuba para participar y
hablar de Simón Bolívar en el Congreso de Prensa Latina; el tema de su discurso
fue "La Influencia Oculta de las Mujeres en la Independencia y en la vida
de Bolívar".
Fue entonces cuando se encontró
con alguien que tendría un papel importante en su vida durante sus últimos
años, Lydia Cabrera. En 1929 publicó su segunda
novela, Memorias de Mamá Blanca aparecido en
español y en francés. En 1930, recibió una invitación para ir a Colombia a dar
una serie de conferencias, publicada bajo el título "Tres conferencias
inéditas" en 1961, sobre el papel de la mujer en la cultura española e
historia desde la época colonial hasta el presente y aclara que su feminismo es
moderado, define la identidad femenina de un modo abierto y dice que una
escritura femenina no tiene que limitarse al tema de amor, y no es en la
temática donde se identifica.
En 1933, comenzaron los síntomas
de su enfermedad; por esa razón vivió en el sanatorio de tuberculosis de Leysin
en Suiza, hasta su final traslado al sanatorio de Fuenfría en España. Murió el
23 de abril de 1936 en Madrid junto a su madre, su hermana Mana y su amiga la
escritora cubana Lydia Cabrera, con quien desde 1927 compartió muchos proyectos
de vida y literatura. De la Parra se constituyó en una de las fundadoras de la
modernidad literaria en Venezuela. Sus novelas, cuentos e incluso sus famosas
conferencias ponen sobre el tapete una nueva sensibilidad social: otorga plenitud a la palabra en la condición femenina
y se abre a una conciencia crítica que cuestiona la moral atrasada y coactiva
de su tiempo. En 1989 sus restos fueron sepultados en el Panteón Nacional, en
Caracas.
Fuentes:
Wikipedia. La
Enciclopedia Libre. Fecha 26-04-2018
Diccionario
General de Literatura Venezolana. Monte Ávila, Ediciones Latinoamericanas C.A.
2013
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