Por: Dra. Mireya Hidalgo
Estos dispositivos tan
útiles en la actualidad, debido a su conectividad a la internet y por tanto a
múltiples plataformas y redes sociales; se han convertido en una herramienta
infaltable de cualquier ciudadano para mantenerse informado y resolver
numerosos asuntos vía online. Así como para relacionarse de diferentes formas con
diversos grupos sociales… Esto es innegable. Si se revisa este tipo de
tecnología (smartphones), por su utilidad en la vida de un adulto, se puede
evaluar como un instrumento que mejora indudablemente su calidad de vida y no
sorprende, que aún en países en vías de desarrollo y con múltiples
inconvenientes como el económico, por nombrar alguno, la mayoría de la
población posea una de estas unidades.
Por otra parte, tampoco
puede pasarse por alto, que los smartphones, ya no solo forman parte de la vida
del adulto…Su uso ha permeado hacia los adolescentes y niños (aunque
legalmente, no puedan adquirir una línea o pagar el valor del producto –los
padres los obsequian a sus hijos menores-), donde ya no luce tan transparente
su utilidad… Debido a que los intereses de los adolescentes y niños, así como
sus criterios para adentrarse en la web se encuentran en proceso de formación y
sin una adecuada supervisión pueden, en lugar de ayudar en la consolidación de
una personalidad equilibrada, conducir a confusiones sobre diversos tópicos
relacionados con los valores: morales, éticos o espirituales.
Ahora bien, en cuanto a
la lectura sin control sobre contenidos expuestos en los diversos formatos
digitales, desde los smartphones como: blogs, enciclopedias, páginas web,
plataformas, páginas de juegos, tiendas digitales, redes sociales… estos, son incompatibles
con los criterios en formación de adolescentes y niños que les permita
discernir como lo hacen los adultos, sobre la veracidad o falsedad de la
información, el tipo de fuente que la presenta, o su pertinencia. Pues no se
adaptan a la etapa de desarrollo del lector, y muchos de los fabricantes del
producto físico (teléfonos) o creadores de contenidos; por esta razón expresan,
la necesidad de supervisión, pues no son adecuados para todo público y mucho
menos para niños en edad escolar.
La escritura, en estos teléfonos, es también
un tema de interés, dado los giros que toma la misma en el proceso de
construcción que realizan los pequeños, pues aún no lo consolidan y los referentes
usados en los chats, WhatsApp, mensajes o lectura de textos ubicados en
plataformas poco confiables, pasan a convertirse en los favoritos de los más
jóvenes, en detrimento de la adquisición de la escritura manuscrita,
ortografía, sintaxis, entre otros, además de los aspectos formales de la
escritura y de la tipología textual, según la intención a expresarse a través
de la redacción de las ideas. Lo cual debe introducirse utilizando, los mejores
contenidos, desde los primeros contactos de los niños con la lengua escrita,
para sentar buenas bases que le faciliten el trayecto hasta convertirse en un
lector/escritor independiente y responsable.
Después de esta breve
reflexión, creo conveniente sugerir a los padres o responsables del proceso de
formación, que propician el uso de los smartphones en estudiantes de Educación
Primaria, lo siguiente:
·
Los smartphones no son consolas de juego.
Están conectados a internet, por lo tanto, el estudiante aún sin proponérselo,
puede acceder a contenidos inapropiados para su edad.
·
Por la razón antes mencionada y por ser
dispositivos concebidos para adultos, no son los más apropiados para el proceso
de enseñanza-aprendizaje de la lectura y escritura, sobre todo en Educación
Primaria. A menos que estén usados bajo control parental.
·
Pero si existe una convicción, de que su
uso beneficia al estudiante, es conveniente usar aplicaciones como RedEra,
entre otras muchísimas, que se deben buscar, probar y controlar, por los padres
o responsables, antes de poner en las manos de los menores, estos dispositivos
electrónicos. Pues el tiempo transcurrido en el teléfono, es en muchos casos
excesivo y priva al estudiante de Educación Primaria, sobre todo, de
interacciones con sus pares en situaciones de juego no virtuales que impliquen,
el uso de sus potencialidades motoras, de lenguaje hablado y el intercambio de
ideas, de persona a persona, necesario, para su correcta adaptación al entorno
social. Las consecuencias de ignorar estas sugerencias, realizadas por los
mismos empresarios que desarrollan estas tecnologías, es dar la espalda a los efectos
negativos que muy probablemente muchos padres ya están experimentando.
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